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AI-First en marketing: lo que funciona (y lo que no)

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21 de mayo de 2025

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Belem Camiña

AI-First en marketing: lo que funciona (y lo que no)

El enfoque AI-First en marketing está ganando popularidad a gran velocidad, especialmente entre empresas que no cuentan con un equipo de marketing o experiencia previa en inteligencia artificial. La propuesta resulta tentadora: ¿y si una máquina pudiera encargarse de crear contenidos, segmentar audiencias y optimizar campañas de forma automática?

A simple vista suena perfecto, pero también plantea dudas razonables. ¿Puede la IA reemplazar el criterio humano o la estrategia de una agencia? ¿Dónde están los límites de esta tecnología? En este artículo exploramos en qué consiste realmente el enfoque AI-First, cómo funciona en la práctica, qué ventajas ofrece y qué riesgos implica.

El objetivo: entender cómo integrar la IA como aliada sin perder lo más importante en marketing: la conexión humana.

¿Qué significa AI-First en marketing?

AI-First significa dar prioridad a la inteligencia artificial en las decisiones y procesos de marketing. Esta no es la primera revolución tecnológica que vive el mundo del marketing, ya que antes se han aplicado enfoques parecidos como “Web-First” o “Mobile-First”. Ahora las empresas buscan modernizarse reformando las acciones de marketing con IA como base. Un enfoque AI-First no es solo añadir una herramienta más, sino replantear campañas, recorridos del cliente y tácticas sabiendo de antemano qué puede hacer la IA. En la práctica, una empresa AI-First en marketing integraría algoritmos de machine learning y sistemas inteligentes en casi cada paso: desde el análisis de mercado hasta la atención al cliente, incluyendo la creación de contenido.

Ahora bien, AI-First no significa AI-Only. Si bien hay compañías que están incorporando IA en sus productos y proclamando sus visiones AI-First, en marketing la IA suele actuar como un soporte potente más que como un sustituto total. Por eso, veamos primero las ventajas que ofrece la IA aplicada al marketing y luego sus limitaciones.

Lo que funciona: beneficios de la IA en marketing

La IA abre un sinfín de aplicaciones en marketing, desde la automatización de tareas y el análisis de datos hasta la creación de contenido personalizado. Si esto se implementa con criterio, la IA puede potenciar de manera considerable las actividades del marketing. Algunos benéficos de la IA en marketing son:

  • Automatización de las tareas repetitivitas:  La IA automatiza tareas operativas repetitivas, aumentando la productividad y reduciendo errores humanos.
  • Análisis de datos: La IA permite analizar grandes volúmenes de datos para identificar patrones, segmentar audiencias y tomar decisiones de marketing más precisas y basadas en datos.
  • Personalización a escala: La IA hace posible la personalización masiva, adaptando contenidos y ofertas a cada usuario según su comportamiento y preferencias.
  • Generación asistida de contenido: La IA generativa agiliza la fase creativa al generar borradores de textos o imágenes en segundos, permitiendo al equipo humano centrarse en pulir e innovar.
  • Mayor rapidez y eficiencia: La IA opera 24/7, permitiendo una atención al cliente constante y una respuesta en tiempo real a menciones o crisis en redes.

Es importante recalcar que varias proyecciones respaldan estas ventajas. Por ejemplo, McKinsey estima que para 2030 alrededor del 30% de las tareas actuales podrían automatizarse. Y un informe de Gartner pronostica que la IA podría realizar hasta un 80% de las tareas operativas de atención al cliente antes de esa fecha, aunque las decisiones estratégicas seguirían siendo tomadas por humanos. Es decir, la IA promete mejorar la eficiencia operativa, pero la dirección estratégica y el criterio seguirán recayendo en las personas. Esto nos lleva a los límites del enfoque AI-First.

Lo que no funciona: límites y riesgos de un enfoque AI-First

Si bien observarnos que la IA es un respaldo y ofrece herramientas poderosas, confiar ciegamente en ella sin supervisión humana es un gran error.

Un modelo AI-First en marketing donde la máquina toma todas las decisiones sin intervención humana, conllevaría a varias limitaciones y riesgos:

  • Falta de criterio y contexto humano: La IA necesita supervisión humana, ya que carece de intuición y contexto cultural, y solo la persona experta puede asegurar que una campaña sea empática y coherente con la marca.
  • Despersonalización de la comunicación: Automatizar en exceso puede hacer que el trato con el cliente se sienta frío y genérico, debilitando la conexión emocional y la autenticidad que fortalecen la fidelidad a la marca.
  • Contenido genérico y voz de la marca diluida: El uso excesivo de IA puede llevar a contenidos genéricos y poco diferenciados, poniendo en riesgo la originalidad y el tono único de la marca.
  • Pérdida de conexión con el cliente: El marketing necesita empatía y conexión humana, algo que la IA no puede replicar por sí sola, lo que puede afectar negativamente la relación con el cliente si no se supervisa adecuadamente.
  • Riesgos por delegar sin supervisión: La IA debe ser guiada y supervisada, ya que puede reproducir sesgos, cometer errores estratégicos o legales, y comprometer la visión de marca si se usa sin control humano.

Por lo tanto, un enfoque AI-First en marketing que carezca de control humano puede llevar a la despersonalización, mensajes fuera de lugar, pérdida de identidad de la marca y distanciamiento con el público, justo lo contrario de lo que busca el marketing. Entonces, ¿cómo encajaría la IA en las agencias de marketing de hoy sin llegar a estos extremos?

¿Por qué las agencias no pueden (ni deben) ser 100% AI-First?

Adoptar la IA en marketing no implica eliminar el factor humano, sino potenciarlo. Las agencias modernas están experimentando con IA para ser más eficientes, pero ninguna agencia con criterio seguirá un modelo “solo IA” porque eso atentaría contra su valor principal: la estrategia, la creatividad y el trato humano.

De hecho, las recientes proclamaciones sobre “el fin de las agencias” son exageradas. Cuando Mark Zuckerberg anunció herramientas de Meta donde uno podría introducir su objetivo de negocio y dejar que la IA genere automáticamente los anuncios (el proyecto Infinite Creative), algunos lo interpretaron como un “game over” para las agencias (bueno, para algunas que solo se orientan al performance en plataformas y entornos digitales). La realidad es otra: estas automatizaciones amenazan únicamente a los que hacían trabajo mecánico sin aporte estratégico.

Lejos de eliminar a los profesionales de marketing, la IA está forzando una evolución del profesional. Las agencias que triunfarán no son las que reniegan de la IA, sino las que la integran de manera coherente, pero tampoco sobrevivirán las que pretendan que la IA lo haga todo mágicamente. El valor de una agencia, de un equipo humano de profesionales con talento, hoy está en combinar la eficiencia de la tecnología con la estrategia y el ingenio humano. Es decir, las agencias deben abrazar la IA como herramienta, pero siempre bajo supervisión y control humano. Aquellas agencias capaces de usar IA para automatizar lo operativo, sin perder el toque personal y creativo, demostrarán a sus clientes lo mejor de dos mundos.

En definitiva, las agencias no pueden ser 100% AI-First, porque son necesarias la visión estratégica, la empatía y la adaptabilidad humana para tener éxito en comunicación. La IA es un aliado poderoso, pero no un director creativo ni un estratega por sí solo.

IA que acompaña, estrategia que lidera

Adoptar un enfoque AI-First en marketing ofrece ventajas reales (eficiencia, personalización, agilidad…) siempre y cuando entendamos sus límites. La IA, por más avanzada que sea, carece de la creatividad espontánea, la ética y la empatía que solo las personas aportan. Por eso, las agencias de marketing del presente y futuro cercano se caracterizarán por ser “Hybrid-First” más que AI-First, donde humanos e IA trabajan de la mano.

En lugar de temer que la IA reemplace a las agencias, las empresas deberían buscar agencias que sepan aprovechar responsablemente la IA. Esas agencias podrán brindar un servicio más ágil, sin sacrificar la originalidad ni la confianza que nacen del contacto humano. En marketing la IA es una herramienta transformadora que bien usada da “superpoderes” a los profesionales, permitiéndoles llegar más lejos, pero no es un piloto automático. El criterio humano sigue y seguirá al mando. Con IA o sin ella, las mejores estrategias nacen de comprender a las personas y esa seguirá siendo la misión fundamental de cualquier profesional de la comunicación: conectar emisores con receptores a través de canales trasladando mensajes.

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