Los ad-blockers, un reto para la comunicación comercial
2015-10-02 07:33:41 Verónica Bravo Comunicación online,Publicidad
Ofrece publicidad invasiva al usuario y ganarás una fría impresión. Engánchale a una historia y ganarás un adepto. Hasta ahora, la industria publicitaria online tenía unas sólidas bases establecidas entre todas las partes: unas métricas sobre las que establecer un coste por impresión. Muy bonitas para los excels de planificación de campaña, pero engañosas. La posibilidad de instalar bloqueadores de publicidad ha descubierto al elefante de la habitación. Las métricas que servían como base a inversiones millonarias cuentan con un factor distorsionador.
Actualmente, las empresas dedicadas a la publicación de contenidos online gratuitos están preocupadas por perder su principal fuente de ingresos. No entienden por qué hay gente que está PAGANDO por descargar y usar esos bloqueadores. En estos momentos todavía dudan si es mejor opción demandar a sus desarrolladores o unirse a ellos para ser incluidos en sus listas de publicidad no intrusiva.
Históricamente la mayor parte de la publicidad en medios digitales han sido pop-ups, banners, publicidad intersticial a toda pantalla, vídeos automáticos… En general, anuncios intrusivos. Querer acceder a contenido de calidad desde un enlace de Twitter, por ejemplo, se convierte en un juego de ‘matar marcianitos’ que en este caso han sido sustituidos por un botón de ‘cerrar’. El síndrome del dedo gordo se acentúa a medida que la pantalla es más pequeña y acaba por hartar al usuario.
Ahora que los ad-blockers son mainstream, los creadores de contenido relevante tienen ante sí un dilema. Pagando justos por pecadores, muchos de ellos incluso se han atrevido a contraatacar bloqueando el acceso a los usuarios hacia su contenido a menos que desactivasen los ad-blockers. Aunque esa tendencia parece haber descendido en los últimos días con peticiones más o menos educadas hacia los usuarios, aún no hay fórmula de entendimiento.
Se trata de un momento en el que nuestro sector, el de la comunicación, la publicidad y el marketing tienen que exprimir al máximo sus conocimientos e idear buenas estrategias de marketing de calidad, adaptarse al nuevo panorama y pensar que realmente todo nuestro trabajo va dirigido a un público, nuestro público, y que hay que cuidarlo y tratarlo como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
La solución a todo este problema es clásica: seducir, no avasallar. Mimar al usuario, no promover un anti ad-blocker y provocar un encuentro bélico. Crear contenido relevante y asociarlo a comunicación comercial honesta y de calidad. Escuchar, no atacar y hacer sentir al usuario que es parte de un proyecto en común.
El reto es atraer, crear historias en las que se vea reflejado el público y lleguen a emocionar. Campañas en las que estén deseando participar más allá de ganar un premio… Movilicemos a los clientes hacia nuestros mensajes, creemos campañas que deseen compartir en sus muros junto a sus vídeos de gatos.
No cabe duda de que el escenario lo están modelando los gigantes de la economía mundial, pero un cambio en las reglas del juego no implica acabar con el sistema. Obliga a realizar nuevos planteamientos por el bien del negocio. Y, por supuesto, a usar unas nuevas métricas basadas en estudios de percepciones, de notoriedad y de conocimiento.
¿Quieres saber más?
Sigue la conversación en: